jueves, 24 de septiembre de 2009

Sin saber sobre qué escribir

Hoy no sé sobre qué escribir, de hecho, ya llevo varios días buscando un tema y no se me ocurre nada claro. Pensé en hablar de las actividades con los chavales, pensé en hablar del vodoo,pensé en contar una historia anónima de algún chico de la calle, pensé en escribir anécdotas varias,pensé en pediros sugerencias, y al final, tras escribir estas escasas líneas me doy cuenta de que sin querer, ya tengo un pequeño tema.

Al poco tiempo de aterrizar en Benín, un amigo mejicano me dijo:"Al llegar a África, quieres escribir un libro,
cuando llevas seis meses, quieres hacer una película, y cuando llevas un año, ya no quieres ni hablar". Todavía le estoy dando vueltas, pero poco a poco vislumbro que conforme te vas adentrando en algo, comprendes más cosas, que a su vez resultan más difíciles de explicar y se amplía la distancia entre tu explicación y la sencillez.

Esa sensación de enmarañamiento, de ser simplista, de no estar contando la verdad, o de la imposibilidad de resumir
una realidad, es la responsable de que dejemos de escribir, grabar o hablar sobre algo. Algunos dirán que debemos continuar, porque siempre aparece alguien con la suficiente lucidez para comprender y explicar la realidad. Yo no es que sepa mucho de física, y menos de relatividad, pero hasta con algo tan complicado, llegó un día un tío y dijo E=mc2, y ahora hacemos hasta camisetas con la formulita.

¿Continuamos? Depende, todo es relativo, porque al fin y al cabo, ¿quién sabe que está en lo cierto?.


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